Mar de olas enfurecidas que no dan tregua. Mar en el que tengo que nadar a contracorriente, sin que apenas se note, desde que amanece hasta donde el sol se esconde.
Y llegar la calma de una mar serena, cansada; cansada como yo, y me deje pasear por sus orillas. Y acaricio las olas de su precioso pelo, te cojo de la mano, y la beso mil veces. Mi dulce Marina.
Esperando ese amanecer de olas enfurecidas que no dan tregua, ese mar en que han convertido tu vida y la mía, desde que amanece hasta donde el sol se esconde; para acariciar de tu precioso pelo y cogerte la mano y besarla mil veces. Mi dulce Marina.
Sé que algun día acabará este mar de olas enfurecidas que no dan tregua. Donde las dos nadaremos en un mar de aguas serenas, mas fuertes y más unidas que nunca. Hasta entonces, duerme mi dulce Marina, y deja que acaricie las olas de tu precioso pelo, y te coja la mano y la bese mil veces.
Mi dulce Marina. Mirando un día el mar, los dos pensamos que si tuviésemos una hija sería Marina. Y ahora rompes tus olas contra el acantilado, en el que yo estoy, y el ya no quiere estar.
Imresionante.
ResponderEliminartu
ResponderEliminar